Una de las grandes fallas del sistema educativo es no proveer educación financiera a los estudiantes. Al parecer, los maestros piensan que el dinero tiene una mancha casi religiosa y que el gusto por el dinero es la raíz de todo mal.
Como la mayoría sabe, no es el gusto por el dinero lo que ocasiona el mal, sino la carencia del mismo. El mal es trabajar en un empleo que odiamos, trabajar duro y no ganar lo suficiente para mantener a nuestras familias. Para algunas personas, lo funesto es permanecer altamente endeudados. Pelear por dinero con quienes amas, ser avaricioso y cometer actos criminales o inmorales para obtenerlo, también es malévolo.
El dinero por sí mismo no es un mal, es simplemente dinero. Tu casa no es un activo La falta de educación financiera ocasiona que la gente haga tonterías o se deje guiar por incompetentes. Por ejemplo, cuando publiqué en 1997 Padre rico, padre pobre y afirmé: "Tu casa no es un activo... es un pasivo", muchos protestaron de inmediato. Tanto yo como el libro fuimos criticados con severidad y muchos autoproclamados expertos financieros me agredieron en los medios.
Diez años después, en 2007, los mercados crediticios se desmoronaron y millones de personas se precipitaron en una caída libre financiera. Algunos perdieron su casa, otros se declararon en bancarrota o, debido a la caída en el valor de los bienes raíces, comenzaron a pagar más por sus inmuebles de lo que éstos valían. Todos descubrieron con pena que, en realidad, sus casas eran pasivos, no activos.
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